En un programa tan consolidado como es El Intermedio, ¿cómo se enfrenta uno a la nueva temporada?

Nos enfrentamos con mucha alegría por el apoyo afectivo que nos demuestra el público. Hacemos un programa muy especial, innovador, porque abordamos desde el entretenimiento noticias importantes de la actualidad, ya que muchas veces los informativos no pueden ofrecer el punto de vista que podemos dar nosotros, metiéndonos más en detalle, sacando imágenes de archivo… Hacemos reportajes sobre las noticias que ocurren durante el día. Por ello, la audiencia nos ha cogido cariño, nos demuestra fidelidad todos los días de emisión, pase lo que pase.

Con tantos titulares, negociaciones políticas en la actualidad… ¿Cuál es la noticia que te gustaría dar?

Cumplo una función fija, la de presentador. Por tanto, tanto en contenidos como en la decisión de guiones, hay un gran equipo detrás, y yo no tengo un peso tan importante. A título personal, me gustaría dar la noticia de que ya no queda paro, que en este país está trabajando todo el mundo, que a los españoles les va bien y la crisis se ha frenado.

¿Qué entrevista que te gustaría realizar en este nuevo curso?

Me gustaría realizar una entrevista a un presidente de Gobierno en el que creyera.

Con el nivel de noticias, tan relevantes a nivel político, ¿cómo llegáis a escoger los temas para hacer análisis con vuestro particular humor?

Sí, no damos abasto. Todos los días se nos quedan temas en el tintero por falta de tiempo. A veces lo tenemos que dejar para el día siguiente, y muchas veces tampoco los podemos meter en esa emisión, porque también estamos desbordados por los acontecimientos del día a día. Por desgracia, vivimos en una actualidad trepidante, donde hay noticias sorprendentes que tienen una frecuencia que nos aturde.

Hemos preguntado a Sandra Sabatés su opinión sobre ti y dice que eres "un caballero, que le pone mucha pasión a lo que hace. Se dedica a lo que realmente le hace feliz: el rock y El Intermedio", entre otras palabras. Ahora te pasamos la pelota, ¿cómo definirías a Sandra?

Para mí es un privilegio tener una compañera como Sandra Sabatés, por su valía profesional y como ser humano. Cuando llevas tantos días codo con codo con un profesional que han decidido ponerte en el programa, es fundamental tener una persona con la categoría humana de Sandra. Siempre me ha parecido además una de las mujeres más espectaculares que he conocido, y ella no lo explota, ni intenta ascender en su trabajo ni aprovecharlo para actos públicos, marcas de moda, presentaciones... Ella vive al margen de eso. Y hace una cosa que no he visto en mi vida: todos los días después de 'El Intermedio' llega a su casa y recorta las noticias, las clasifica por temas... Es una periodista profesional y no quiere ser ninguna otra cosa más. Tiene la inteligencia suficiente para no entrar en el magnetismo de ser una estrella y es de las personas menos contaminadas del medio que he podido conocer en mi vida. Es un placer estar a su lado. Tiene un aura, unas vibraciones que relajan, y lo digo siempre al margen de cualquier interés personal.

Más de 1.500 emisiones de El Intermedio, premios... ¿Te imaginabas llegar hasta aquí?

Era imposible plantearse esta meta, es algo excepcional, porque es muy difícil que un programa diario dure 10 años. Probablemente, y dado el contenido que tiene, sea incluso un récord, no lo sé. Dada la volatilidad de los formatos en televisión, uno está acostumbrado a que en muchas ocasiones tus programas no duren, y no pasa nada. Se dan muchas circunstancias, a veces no son rentables... El hecho de haber nacido cuando lo hizo laSexta nos permitió encontrar un hueco en parrilla. Hemos crecido con la cadena, poco a poco con su asentamiento, se ha impuesto a los espectadores, se ha aceptado, porque forma parte de la historia de la televisión actual. Yo estoy encantado.

¿Uno se exige más? ¿Se impone más retos?

Es cierto que es un formato cerrado, podemos meter alguna cosa para innovar, pero no lo necesita. Se ha convertido en una especie de informativo. No era nuestro objetivo al principio, porque hacíamos repaso a los medios, pero el contenido se ha impuesto. Un formato más informativo admite poca variación por su propia forma como modelo. Sandra da el dato, lanzamos los vídeos, y yo hago una valoración con humor para que el espectador pueda seguir agarrado al planeta Tierra.

¿A quién cederías por un día la presentación del programa?

A cualquiera de mis compañeros, a Dani Mateo, Gonzo, Thais Villas... Todos lo harían perfecto. En este oficio todos somos sustituibles, aquí los imprescindibles son la audiencia y el señor que te contrata.

¿De los programas realizados, qué momentos recuerdas especialmente?

Desde el cariño y la broma, siempre recuerdo los pasos de Semana Santa que hacíamos en el plató. Acababa con la saeta de Usun, y lo hemos hecho varias veces, podría parecer surrealista. Creo que fueron momentos interesantes. Por otro lado, un recuerdo muy bonito para mí fue cuando entrevistamos a Emilio Lledó, filósofo miembro de la Real Academia. Hizo una exposición muy clarividente y bonita. Tuvimos un filósofo en prime time, y la audiencia subió respecto a días anteriores. Pudiendo ser la televisión un medio de difusión de cultura me pareció emotivo, realmente emocionante.

La música es una de tus grandes pasiones. No sé si darte a elegir entre televisión y música es como si quieres más a papá o a mamá...

Exactamente, es como si se lo preguntas a un niño, te genera angustia, no puedes decidir. Las quiero a las dos por igual. Son labores complementarias. La música me sirve como método de evasión tras dar y hablar de titulares y noticias. Igual que hace los psicólogos cuando se autoevalúan, la música me ayuda llegar a casa el domingo más relajado. Hay gente que va a un spa, yo voy a tocar a un bar y eludir el drama.

"Ya conocen las noticias, ahora les contaremos la verdad" es ya una frase icónica. Haciendo un balance futuro, ¿cómo te gustaría que recordasen a El Intermedio?

Como aportación a la televisión, El Intermedio por fin quitó la razón a expertos en comunicación y semiótica que decían en un prime time la audiencia llega a su casa cansada de trabajar, enciende el televisor y no quiere pensar en sus problemas. Yo siempre digo que formo parte de la audiencia, porque yo me entero muchas veces de las noticias mientras nos ponemos a preparar y leer el programa. Damos a la gente conocimiento, nos dirigimos a un público que nos lo agradece, no subestimamos a la audiencia. Nos dedicamos a informar. Un ejemplo: en un programa, nos dedicamos 15 minutos a explicar qué era el Tribunal de Cuentas. Hacemos pensar.