J.J. Vaquero se 'pone' serio y reflexiona sobre la evolución de la comida, los políticos y los perros. Vaquero confiesa que su carlino "te mira como si hubiera terminado da hablar y te tocara ahora a ti" pero que "con Rajoy, en cambio, el perro pensaría que le tocaría hablar".

El humorista no tiene miedo a hablar de cuestiones más personales como la educación de sus hijas de las que se enorgullece por muchas razones.Vaquero tiene claro que si una de ellas llega con un chico como él, le ofrece dinero para que se vaya y si lo acepta bien, porque es como Vaquero y si no lo acepta bien también, porque un problema menos.