... Sí, el papel higiénico era como el “chupacabras”: una cosa que decían que existía pero que nadie había visto nunca en un baño público. Por eso ahora los portarrollos son de metal y cerrados con llave. Están diseñados para que nadie se los lleve pero, sobre todo, para que el rollo no gire. Tienes que meter la mano dentro y desollártela para sacar un trozo de papel ridículo que no te da ni para liarte un porro. Eso no limpia ni el culo de un hobbit. Yo creo que es más fácil limpiarte con el cacho de piel que te has arrancado”...