Los 19 meses que Luis Bárcenas ha estado en prisión han dado para mucho, un año y medio en el que el extesorero del PP se ha quejado siempre de su situación, de estar en la cárcel de forma preventiva. 

El 27 de junio de 2013 el extesorero entraba en prisión. Sobre él planea la sombra de varios delitos: blanqueo de capitales, apropiación indebida, falsedad y estafa procesal en grado de tentativa. Sobre las 20:00, Bárcenas entraba en Soto de Real de forma preventiva y sin fianza.

El juez, tras prestarle declaración durante dos horas, entendía que su entrada en prisión era procedente. Había riesgo de fuga y también de alteración de pruebas. Curiosamente, unos meses antes, en abril el PP reconocía que había destruido discos duros, material que había sido usado por Luis Bárcenas durante su etapa en Génova.

Uno de los detonantes para la entrada en prisión, además del riesgo de destrucción de pruebas y las cuentas en Suiza, fue la simulación de una compraventa de arte para justificar un ingreso de 500.000 euros.

Una imágenes, en exclusiva de laSexta Noticias, despejaron la incógnita sobre cómo se estaba adaptando Luis Bárcenas a la vida en prisión. Llevaba 82 días encarcelado y en ellas se veía al extesorero relacionándose con el resto de presos. Estaba en un módulo preventivo, con buen aspecto y charlando con sus compañeros, hablando por teléfono, fumando, jugando a las cartas, leyendo, escribiendo e incluso rezando.

Después de la publicación de la grabación, Bárcenas tenía miedo. Según su abogado, temía que se vulnerararan sus derechos. No quería salir de su celda ni comunicarse con nadie. Le preguntó al juez si podían garantizarle su seguridad.

En su estancia en prisión, pese a que tuvo algún problema de salud, se integró bien en el módulo cuatro de Soto del Real. En este año y medio de prisión, Bárcenas ha jugado a las cartas, ha preparado su defensa... todo salvo en cuatro días en los que Instituciones Penitenciarias le castigó sin patio por encararse con agentes de la Guardia Civil durante su traslado al hospital por un problema alérgico.

Si algo preocupó a Bárcenas durante su encarcelamiento fue su familia. A los tres meses de estar en prisión, Rosalía Iglesias y su hijo Guillermo sufrieron un robo y un intento de secuestro. Un falso sacerdote entró en su domicilio. Supuestamente se hizo pasar por funcionario de Instituciones Penitenciarias, reunió a quienes estaban en la casa y empuñó un arma pidiendo un pen-drive con información que, según él, estaba en esa casa. El secuestro acabó cuando un escolta y el hijo de Bárcenas lograron quitarle el arma. 

El hombre fue condenado finalmente a 22 años de prisión y tiene problemas psiquiátricos.

Luis Bárcenas ha contado con diferentes abogados, Javier Gómez de Liaño, que ha renunciado, ha sido el último encargado de esta labor. Meses de actividad importante para pedir su libertad, libertad por fin conseguida tras entender que no existe riesgo de fuga y que es suficiente el tiempo pasado en prisión. Antes de quedar en libertad, Bárcenas tendrá que pagar 200.000 euros, dinero que, como dice su abogado, no cae del cielo.