• Manifestaciones no comunicadas:

Pueden ser sancionados hasta con 600.000 euros para quienes las organicen. Aquellos que quieran manifestarse frente a edificios de instituciones como el Congreso o el Senado, pero también hospitales, escuelas o universidades sin haberlo comunicado previamente, son sancionados.

  • La desobediencia

También se multa con esta ley desde infracciones leves a infracciones muy graves. Por ejemplo, ocupar inmuebles, como una sucursal bancaria, como en su día hicieron los 'yayoflautas', lleva consigo una sanción de hasta 600 euros como infracción leve que se considera. Lo mismo que trepar por un edificio y colgar una pancarta, al estilo Greenpeace. La obstrucción a la autoridad en el ejercicio de sus funciones, por ejemplo, cuando la Plataforma antidesahucios se encadene a la puerta de un edificio, es una infracción grave y que puede ser sancionada con hasta 30.000 euros. Las faltas de respeto y consideración cuyo destinatario sea un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad supondrán una multa de 100 a 600 euros.

  • Hacer fotos a agentes en operaciones policiales:

También sanciona hacer fotos a los agentes de seguridad en plena operación policial. Por ejemplo, el uso no autorizado de imágenes, datos personales o profesionales de autoridades y miembros de las fuerzas de seguridad lleva consigo una sanción de 30.000 a 600.000 euros, según el caso.

  • Devoluciones en caliente

Esta Ley de Seguridad Ciudadana ha sido muy criticada por organizaciones de derechos humanos por que contempla las devoluciones en caliente de inmigrantes. Aquellos extranjeros que sean detectados, por ejemplo, en Ceuta o Melilla, en la frontera con Marruecos y que no tengan papeles, serán devueltos al país y rechazados por el nuestro.

  • El juez no tiene la última palabra en algunos casos

Muy criticado fue el cambio de algunas prácticas que antes eran consideradas como faltas y por tanto, tenían que ser dirimidas en un juzgado y que ahora tienen carácter de multa administrativa con lo que se salta el control judicial. Es decir, ahora el juez no tiene la última palabra.