En esa carta, Sara dice: "Mi vida estaba en sus manos, señora jueza. No lo soporto más. Christian me lo robó todo. Él ganó". Christian es su maltratador. Sara había puesto 19 denuncias, hubo tres juicios, dos órdenes de alejamiento quebrantadas y nueve meses de cárcel para su expareja. Y aún así seguía sufriendo.

Uno de sus hijos cuenta a 'El Mundo' el calvario por el que tuvo que pasar. Dice que su mala situación económica le hizo aguantar más de lo que hubiera aguantado. La situación llegó a tal extremo que no salñia de casa porque él se enfadaba. Al final, siempre estaba sola. Luego, cuando se separaron, llegaron las amenazas, los insultos y los mensajes inaceptables. Y no solo a ella. "Al principio escribía sólo a ella, pero cuando mi madre dejó de contestarle, empezó con el resto", explica su hijo.

La de Sara era una denuncia desesperada. En su carta a la jueza escribión también: "muchas mujeres retiran sus denuncias porque es una agonía aguantar un proceso del que nunca sales entera. Tienes que pasar por un scaner para que decida alguien que no sabe por lo que estás pasando.(...) Y aun así te ponen en duda".

Al final, ella no pudo más. Es el calvario por el que tuvo que pasar Sara. Sólo una de las muchas historias de violencia machista.