La de Jake es una historia de superación que demuestra que la empatía y las ganas de vivir se dan también en el mundo animal. Cuando tenía tan sólo tres semanas de vida, la casa de Jake se quemó y él quedó atrapado entre las llamas. Cuando Bill Lindler, un bombero de Carolina del Sur, lo rescató, el 75% de su cuerpo estaba dañado, pero seguía con vida.

Lindler se lo entregó a sus dueños, quienes lo abandonaron en el veterinario porque no podían pagar el tratamiento del cachorro. Por suerte para Jake, Bill decidió adoptarlo y, rodeado del cuerpo de Bomberos de Hanahan, se fue recuperando hasta convertirse en la mascota oficial del Departamento.

Ahora, tras mucho entrenamiento, es uno más del equipo y asiste a charlas en colegios. En un primer momento, iba a hacer terapia con niños con quemaduras, pero ha ido un paso más allá y se prepara para detectar incendios premeditados y salvar vidas.