Ha ocurrido en un pueblo de Malasia, donde el perro de la familia, se negó a no despedirse de su dueña. La familia, después del reciente fallecimiento de la anciana, llevó a cabo un cortejo fúnebre hasta donde sería enterrada.

Y Bobby no quería ser menos. Recorrió tres kilómetros persiguiendo el cortejo de coches por el borde de la carretera. Hasta que todos los coches no pararon, Bobby no se rindió. Fue Leong Khai Wai, el bisnieto de la anciana fallecida, quien descubrió que Bobby les perseguía corriendo.

Cuando llegaron al lugar, el animal, que necesitaba descansar, se posó al lado de donde sería enterrada la mujer y se negó a moverse de su sitio; no se separaría de su compañera bajo ninguna circunstancia.

Bobby descansa al lado de donde se enterrará a su dueña

Los familiares y amigos quedaron sorprendidos de la lealtad extrema con la que se comportó el perro, que probablemente no entendía por qué él no podía despedirse de su dueña.