Ollie es un perro de 10 años que iba a ser sacrificado después de que sus dueños no consiguieran detener la parálisis que le estaba dejando sin movilidad. Sin embargo, una estudiante de veterinaria de EEUU dio con la causa de su enfermedad y evitó así que muriera.

El perro tenía una garrapata detrás de la oreja. El parásito tiene neurotoxina en su saliva, que afecta la sangre de la mascota y puede causar parálisis, provocando que el animal no pudiera comer, beber y llevar una vida normal. Finalmente,