Meses atrás, unas vacaciones en el río Little Tallapoosa, al oeste de Atlanta, se tornaron en pesadilla para Aimee Copeland. Tenía 24 años cuando cayó, se dañó la pierna y tuvo que recibir puntos en la pierna herida.

Su drama no acabó ahí, pues tuvo que volver al hospital condicionada por unos fuertes dolores. La razón: tenía la Aeromonas Hydrophila, una bacteria carnívora que fue devorando su cuerpo lentamente. Bajo esta situación se mantuvo Aimee durante cuatro años.

A la joven tuvieron que amputarle las manos, una de sus piernas, un pie y parte del abdomen. Pero esta fatal situación no le impidió salir adelante y luchar por tener una vida normal. Recientemente, Aimee publicaba en su página de Facebook que le ha tomado mucho tiempo "estar cómoda y aceptar" su nuevo cuerpo. Pero recuerda que todos estamos hechos de imperfecciones, y es a partir de las mismas donde se halla la belleza.

"No se trata de lo que tienes, sino de lo que puedes hacer con lo que realmente importa", afirma. Asegura que, actualmente es feliz. Además de intentar normalizar su situación, Aimee está dedicada a la causa con objeto de que se investigue más sobre la bacteria que intentó arrebatarle la vida y no pudo.