Las campañas de recogida de alimentos se han intesificado en Euskadi, donde se han recogido casi dos millones de kilos de comida. Los voluntarios, que ni cobran ni tienen vacaciones, son muy importantes en este proceso y se acaban convirtiendo en compañeros de trabajo.

Más de 200 voluntarios se dedican a clasificar los más de un millón de kilos de alimentos que se han recaudado en la pasada campaña. Una cifra que sirve para que 34.000 familias puedan comer al mes. Gracias a esta cifra, en 2015 se ha batido un nuevo record de recogida de alimentos.

Cayetana López-Tapia, responsable de clasificación del Banco de Alimentos de Vizcaya, ha afirmado que el pueblo vizcaíno ha derrochado generosidad pero que, a pesar de ello, sigue habiendo cada vez más gente necesitada. Por su parte, voluntarios como Igor aseguran que su trabajo es muy gratificante y anima a la gente joven a participar.

Durante los últimos años, Aurora Rola, una de las más veteranas, ha visto cómo aumentan las necesidades de la gente. Ella asevera que ve a gente que tiene hambre todos los días y hace un llamamiento a que la gente se apunte al voluntariado.