Entre un montón de bolsas en el suelo, en medio de la lluvia algunos niños recogen sus regalos. Papá Noel se ha acordado de ellos.  

Para Diana, cooperante española en Filipinas, los mejor de estas fiestas es ver la ilusión de estos pequeños. "Ellos tienen, muchísima fuerza, muchísimo empuje, mucha esperanza y a pesar de lo poco que tienen celebran la Navidad dando gracias por estar vivos". 

Estas navidades serán especiales para todos. A cientos de kilómetros de su casa Diana, les ayudan día a día a construir de la nada una nueva vida y todo con una sonrisa. “La verdad es que me siento afortunada de estar aquí .Hecho de menos a mi familia pero para mí es un regalo. 

En República Centroafricana la violencia no cesa ni en Navidad. Juan José Aguirre, misionero español, lleva media vida en este rincón de África, 36 años, sabe que aquí sobrevivir cada día es un triunfo. Por eso en momentos tan especiales como éstos dejan un hueco en sus agendas para reunirse y disfrutar juntos de un menú diferente al de todos los días. "Estaremos dos franciscanos y tres monjitas. En total seremos seis y comeremos sopa de champiñones, filetito de gacela y polvorones". 

Pequeñas tradiciones que hace menos dolorosa la distancia y te dan fuerzas para seguir adelante junto aquellos a los que solo les queda la fe.

En Siria el ruido de las balas y los morteros han dejado paso a  los villancicos y las luces navideñas en los campos de refugiados de Jordania. Ana Calvo, médico española, lleva 10 años fuera de casa. Su familia está en Soria, su pareja en Turquía pero no está dispuesta renunciar a la Navidad.

Porque vivir entre dos mundos es difícil y pequeños instantes como éstos son los que dan fuerza para seguir adelante.