Roció, Jesús y sus tres hijos son una familia numerosa, pero solo de forma temporal. "La primera hicimos un acogimiento permanente con 16 meses, el segundo fue biológico y el tercero es temporal", explica Rocío Tovar, madre de acogida.

En el caso de José, su familia la componen él, su mujer y su hija de 4 años, a la que acogieron con 16 meses: "Optamos por el acogimiento, vamos a tener una niña, vamos a disfrutar de ella y vamos a vivir el día a día sin pensar en el mañana".

Gracias a ellos sus hijos han conseguido salir de los cientos de centros de acogida que hay en España en los que a día de hoy 13.500 niños esperan una familia. Centros donde los niños están al cuidado de educadores que se vuelcan en los menores, pero que como ellos mismos reconocen, nunca serán su familia.

Tampoco el centro podrá ser nunca su casa, por eso las asociaciones de acogimiento quieren hacer de la acogida una opción visible. "Es una medida de protección muy desconocida en general, la mayoría de las familias acogedoras nos hemos enterado de forma casual", explica María Aráuz, vicepresidenta de ASEAF.

Además del desconocimiento en torno a la acogida, hay un cierto miedo. Rocío dice que le han preguntado cientos de veces qué hará cuando le "quiten" a sus hijos: "¿Qué es lo que te quitan? A mí también me pueden quitar este piso, me pueden quitar a mi hijo biológico, la vida por muchas circunstancias ¿Y por eso no lo voy a hacer?"


Están de acuerdo en que la acogida siempre merece la pena y piden que esos 13.500 niños que viven en centros puedan disfrutar por fin de vivir en familia.