Ferrán Foix ha decidido invertir parte de sus ahorros en una empresa social: "Obviamente lo que necesito en esas inversiones es buscar rentabilidad, pero creo que la rentabilidad no está reñida con la posibilidad de crear un impacto social positivo".

Auara, ya ha recaudado 170.000 euros de diferentes inversores. Fabrican botellas de agua mineral cuyos beneficios destinan a proyectos para potabilizar regiones del Tercer Mundo.

"Todos los dividendos que consigamos con la venta de este producto y con esta empresa los vamos a dedicar al impacto social. Por tanto, cuanto más vendamos, más ganemos y más consigamos aquí en España, más impacto positivo vamos a tener en los lugares en los que hacemos los proyectos", afirma uno de sus fundadores.

Un proyecto que busca ganar dinero, pero no para beneficio de sus fundadores. José pone en contacto a unos y otros a través de la Bolsa Social, una comunidad de inversores y empresas con impacto social positivo. "Hay un falso mito que es que lo social no es rentable y también hay cierto prejuicio contra pensar que se puede tener una rentabilidad invirtiendo en cosas sociales", asegura.

Cualquiera con un mínimo de 500 euros se puede convertir en inversor pero tiene que saber que tiene un riesgo porque son empresas en sus primeras fases y que es una inversión de capital paciente, porque genera beneficios a largo plazo. Beneficios que están en forma de pozos de agua en África, de proyectos solidarios. Una forma de dar un sentido ético a tu dinero.