La ONG ha iniciado así la campaña #NuncaSerán para alertar de las consecuencias sobre los más pequeños de estos siete años de conflicto.

Según Save the Children, en ciudades sirias como Guta, donde se han concentrado los combates los últimos meses, más de 60 escuelas han sido destruidas entre enero y febrero de este año y más de 57.000 niñas y niños han perdido la oportunidad de ir a clase.

Las escuelas siguen funcionando aunque sólo pueden abrir un par de horas al día, los escolares han de hacer clase en los sótanos y no tienen electricidad ni gas.

Según datos de la ONG, más de una tercera parte de los alumnos de entre 9 y 11 años tienen un nivel de lectura de un niño de 5 años; casi la mitad de estos niños no puede resolver por sí mismos un problema de matemáticas que normalmente se enseña a niños de 5 años e incluso algunos ni tan siquiera son capaces de reconocer las letras y los números.

La ONG ha denunciado también que en los últimos meses de conflicto las víctimas han aumentado en un 50% y se calcula que un millón de menores vive en zonas donde no entra ni un convoy con comida o medicamentos.

Por todo ello, la organización exige a la Unión Europea que se comprometa con la infancia siria y defienda sus intereses y derechos.