Unos pocos ciudadanos que estaban comprando en una tienda regida por inmigrantes paquistaníes en Barcelona organizaron una colecta improvisada allí mismo para comprar una muleta a una anciana a quien otro abuelo necesitado le robó la suya mientras compraba.

"Son cosas que pasan en Barcelona que nunca ocuparán titulares de prensa, pero que muestran la mejor cara de esta ciudad: su gente", ha escrito la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en su perfil de Facebook, donde ha hecho pública esta historia humana.

La alcaldesa ha reproducido un mensaje de Ernest Marco en el que explica que la semana pasada bajó a comprar a la tienda de un paquistaní en su barrio y se encontró a una abuelita llorando porque le acaban de robar la única muleta que tenía y necesitaba para caminar.

"Resulta que mientras la mujer compraba, otro viejecito le había robado la muleta a la señora. Cosas del subdesarrollo del estado de bienestar de nuestro país, que hace que algunos mayores tengan que irse robando bienes de primera necesidad", ha relatado Marco. La mujer explicó que compartía la muleta que le habían robado con su hermana, que las dos apenas podían caminar y que sólo tenía unas monedas en el bolsillo.

"Una chica propuso espontáneamente hacer un bote para comprarle otra muleta, así que el de la tienda puso la mitad, los que estábamos comprando otro tanto y unos cuantos fuimos a la farmacia del barrio, que nos hizo un descuento adicional al explicarles la historia", ha añadido Marco.

"No sé, me emocioné. Estos pequeños gestos creo que son importantes porque demuestran que, a pesar de todo, no han conseguido quebrar lazos de confianza y solidaridad por abajo y que cooperando se pueden superar situaciones jodidas".

"La verdad es que mola tener vecinos así y vivir en un barrio como éste", concluye Marcos. La alcaldesa de Barcelona ha agradecido a este vecino compartir esta historia, que ha generado un alud de comentarios en las redes sociales, los más abundantes sobre la necesidad de que las muletas las pague la Seguridad Social.