El tratamiento hormonal que necesita la mayoría de menores transexuales está garantizado por ley desde abril en la Comunidad de Madrid. Hasta ahora, las familias debían acudir a únicamente al Hospital Ramón y Cajal y de forma individualizada los médicos decidían el tratamiento. Este procedimiento ha causado desigualdades de aplicación, ahora la ley descentraliza el servicio.

Yara es una adolescente que consiguió hormonarse en la Unidad de Identidad de Género del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Fue el primer caso de la Comunidad que hormonaron a los 16 años: "Después de ir un par de veces me dijeron que no se lo dijera a nadie, que estaban teniendo quejas y que me callase".

Porque Yara fue una excepción. Antes de la puesta en marcha de la nueva ley de transexualidad, el tratamiento quedaba bajo criterio médico. "Al principio sí que me comentaban que tuviéramos cuidadito porque con este tema de la transexualidad y todo esto en menores, que nos podían quitar hasta la custodia de los niños", explica su madre.

Por eso Violeta se vio obligada a llevar a su hija Eli a otro especialista de la Seguridad Social. Lo mismo que Gabriel, que para recibir testosterona tuvo que recurrir a la sanidad privada: "Sobre todo es muy importante hormonarse porque así luego no te sometes cuando eres mayor a operaciones agresivas y no es tan agresivo los cambios para el cuerpo. Te desarrollas a la vez que la gente de tu edad".

La nueva ley de transexualidad vigente desde abril ampara a los menores como ellos: "Es despatologizante, que por fin acaba con esta idea de que a las personas trans nos tienen que diagnosticar para poder empezar cualquier tratamiento", señala Leo Mulio, psicólogo de la 'Fundación Daniela'. Y poder empezar a sentirse así, de verdad, ellos mismos.