Con el agresor desaparecido, la víctima se siente muy desprotegida: "Yo ahora mismo estoy corriendo un riesgo altísimo porque hay gente que piensa que esto, que de perdidos al río; y que si va a la cárcel, se va con los deberes hechos".

Cuenta que su protección es simplemente un busca por si se topa con él: "En vez de llevar nosotras el GPS, deberían llevarlo ellos antes de que la sangre llegue al río".

Tiene fe en la Policía, aunque siente miedo. "Claro que vivo con miedo, es 24 horas al día, siete días a la semana, 30 y pico días del mes", añade.

Denuncia que su agresor se ha saltado varias veces la orden de alejamiento: "Lo ha hecho en varias ocasiones, me ha gritado en medio de la calle, me ha amenazado...".

Ella sólo quiere volver a sentirse libre y sólo lo conseguirá con su agresor entre rejas. El TSJC dice que las medidas de protección de la víctima no han cambiado tras la desaparición