Los materiales llegan en cajas a los campos de refugiados. Basta con preparar el terreno y en cuatro horas se puede poner en pie un nuevo hogar. Por eso estos refugios han sigo galardonados como Mejor Diseño del Año en los Premios Beazley.

Dentro- 18 metros cuadrados- se convierten en un epsacio que representa mucho más. Su vida familiar se fortalece entre estas paredes ideadas para cinco personas. Cuentan con ventanas, ventilación y un panel solar en el techo capaz de alimentar una lámpara o cargar un móvil. Por no hablar de que sólo el hecho de tener una puerta que dé algo de intimidad, ya es un lujo en campamentos de refugiados.

Repartidos por África, Asia, Europa y Oriente Medio ya hay 30.000 refugios como este. Después de perder sus casas y su vida necesitan volver a sentirse seguros fuera de su hogar.