Juan, un vecino de Vigo,
deambula entre ruinas y no da crédito a tanta nada, uno de los incendios le ha
dejado en "la ruina total": "Es que no queda nada, quedan las carcasas de los
altavoces. Llevo 40 años trabajando en esto, en alumbrado y altavoces, y se me
ha quemado todo, no me ha dejado ni un cable para empezar". No puede volver a
empezar porque no tiene dinero y le quedan tres años para jubilarse. Su socio y él vieron
quemarse su vida en dos horas.
Por su parte, en As
Neves, solo queda un esqueleto de piedra de lo que hace 48 horas era la preciosa
casa de la suegra de Casimiro, un vecino de la localidad: "Era la casa de sus padres, mi suegra se asoma a la ventana, ve el destrozo y se tira todo el día
llorando". Lo cierto es que la solidaridad de los vecinos ganó al miedo y así
lo agradece Casimiro: "Con lo poco que teníamos hemos hecho mucho".
El novio de Sonia, otra
vecina de As Neves, tuvo valentía y consiguió salvar a los animales de la casa
rompiendo los cristales: "Con una piedra rompió el cristal y sacó un perrito y
unos canarios".
En A Coruxo la
solidaridad la protagonizó el equipo de fútbol: el fuego les dejó sin luz ni
coche de apoyo, con la taquilla derretida, pero abrieron las puertas para alojar a los
vecinos. "Era un buen sitio para estar todos,
para compartir la tristeza y para escucharles", explica Javier Maté, director
deportivo del Coruxo.