En una segunda cabecera vimos unidad institucional y política, unidad frente al terrorismo y el miedo. "Unidos en el dolor, unidos contra el terrorismo, dando apoyo a las víctimas", asegura Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas del PP.

"Enviar un mensaje que se ha escuchado muy fuerte y, que espero, que los terroristas lo hayan entendido, aquí no nos van a derrotar", dice Carles Puigdemont, president de la Generalitat. "Ojalá todas las fuerzas políticas nos pongamos de acuerdo asumiendo lo que ya es un consenso social, queremos paz", pide Pablo Iglesias, secretario general de Podemos.

Por primera vez, en España veíamos a un jefe del Estado en una manifestación ciudadana. Felipe VI era recibido por Mariano Rajoy, Puigdemont y Ada Colau. Lo hacía entre pitidos y gritos de "fuera" de los ciudadanos. Pitidos, que se mezclaron con gritos de apoyo al monarca y, que incluso, llegaron a causar algún altercado entre sus defensores y sus detractores en el que tuvieron que intervenir los Mossos.

La clase política rechazó en su mayoría los abucheos al rey a y volvió a lanzar un mensaje de unidad. "Contra una amenaza real como el terrorismo tenemos que estar todos juntos, porque, además, las medidas que hay que tomar tienen que tener mucho consenso político. En esto, la ciudadanía está unida", dice Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos en el Parlament.

"La manifestación tenía un objetivo muy concreto y los que hemos venido a ella, hemos venido a unirnos en torno a estos propósitos", recuerda José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE. Concordia política, que trataba de huir de la polémica, en un día de homenaje a las víctimas del terrorismo.