Los pisos están ya preparados para recibir a los migrantes a bordo del barco Aquarius. La iglesia tiene hasta 200 plazas a disposición de la administración y 50 viviendas completamente listas. "Habrá un cáterin preparado ellos, avituallamiento, apoyo psicológico...", cuenta Oliver Antonio Hernández, delegado de Migraciones de la Diócesis de Valencia.

Además, han ofrecido al Govern espacios grandes como un convento en el que, dicen, se podría crear un centro para los menores. En Cruz Roja no cesan las llamadas: son muchos los voluntarios que quieren ayudar, y el equipo ultima los detalles sabiendo que, de las 630 personas, son muchas las que puede llegar con problemas.

"Tendrán problemas de entumecimiento muscular, deshidratación, hambre...", plantea Arturo Valoria, miembro de Cruz Roja en Valencia. Ya hay un centener de empresas que han dado un paso adelante mientras la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo se ha reunido con Ximo Puig para coordinar la llegada.

"Es la zona de cruceros por el espacio que hay en la zona 1. Allí podremos, en dos o tres horas de calaje entre un barco y otro, atender en buenas condiciones", ha destacado Calvo. El gobierno estudiará el caso particular de los 630 migrantes para ver, uno a uno, si reúnen las condiciones de asilo.