Wiang padece desde niña una extraña enfermedad que hace que su piel crezca de forma anormal hasta el punto de que se ha quedado ciega debido a los colgajos de piel que la cubren los ojos, nariz y boca dando la impresión de que su cara se está 'derritiendo'.

Según los expertos, esta patología podría estar relacionada con la neurofibromatosis, una enfermedad genética que ocasiona que se desarrollen tumores benignos. Suele darse en la infancia y se soluciona habitualmente en sus primeras etapas con cirugía.

A sus 63 años, Wiang vive en la capital de Tailandia, Bangkok, vendiendo accesorios para sacarse algo de dinero. Ha sido allí, en su banco de siempre, donde se pone a vender, donde un joven de 22 años la vio y se interesó por su estado.

Tras hablar con Wiang habló con los sanitarios para contarles este caso y se interesaron por ella.

Una doctora fue a visitar a la anciana para ofrecerle ayuda instándola a operarse en el hospital, pero Wiang ha rechazado la oferta por temor a morir durante la operación.

Ha agradecido toda la ayuda y el interés por ella, pero según relata el diario británico 'Mirror', el miedo puede a la anciana, quien ha asegurado que tiene la enfermedad desde que era niña y ha vivido feliz y sana junto a sus hijos y nietos.