Nada parecía alterar la rutina doméstica de una casa de Alcalá de Henares hasta que un apicultor se encontró con una sorpresa: 25.000 abejas zumbando en secreto escondidas entre el ladrillo y el pladur de este salón.

Han sido dos años conviviendo con ellas, sin saberlo. A pesar de que la pared alcanzaba temperaturas extremas. Todo empezó con la llamada de alerta de un vecino. El árbol de una parque cercano a la casa tenía un enorme enjambre.

Lo retiraron, pero allí no había ni rastro de la abeja reina. Un albañil dio con la clave: oía zumbidos en el edificio. Desde entonces, este apicultor no paró hasta dar con el paradero de la reina. Ahora aloja a todas las abejas en un colmenar. Los dueños siguen sin creerse que hayan hospedado a estos 25.000 inquilinos en casa.