Preguntas innecesarias a las víctimas como la jueza que preguntó a una víctima si "cerró bien las piernas". No es falta de sensibilización, es falta de formación, que se reclama ya desde el Parlamento Europeo: "Actualmente aplicamos un sistema muy agresivo tanto en las preguntas como en la escucha" explica Amparo Díaz, abogada experta en violencia machista.

La formación de los jueces la imparte el CGPJ y no es obligatoria, tan solo en los juzgados especializados en violencia contra la mujer. Consiste en un curso online de 16 horas y 10 días de prácticas supervisadas por un tutor: "Esto es absolutamente nada. Lo que se necesita es una formación que nos permita empatizar" defiende Díaz.

De los más de 3.500 juzgados que hay en España, sólo existen 106 exclusivos en violencia machista. Frente a los 355 que tienen competencia, es decir, que además, abarcan otras materias: "Si la mayoría de los juzgados de violencia de género son mixtos pues mal vamos. Porque aquí, la formación difícilmente se va a poder compatibilizar" defiende Lucía Avilés, portavoz de la Asociación Juezas de España.

Como solución, proponen que la inversión en esta materia sea transversal. Desde las facultades, hasta la obtención de las plazas y que se reciclen: "No es garantía suficiente que haya únicamente dos temas dentro de las pruebas de acceso" asegura Ángeles Jaime, portavoz de Themis.

Pero no solo hay jueces que recriminan a las víctimas, también los fiscales como el caso de una fiscal que le preguntó a la víctima si "no tenía suficiente con una sentencia condenatoria". En su caso, cada fiscalía cuenta con una sección específica bajo la coordinación de decanos. Son cursos voluntarios que dependen del Ministerio de Justicia.

"Llevamos mucho tiempo pidiendo que existía una autonomía presupuestaria para que sea la propia fiscalía quien decida cómo deben organizarse" explica Inés Herreros, fiscal especializada en género de la Unión Progresista de Fiscales. Dicen que solo así se podrán evitar estas bofetadas judiciales.