laSexta sale a tomar algo con Arturo. No sabe hablar, pero entiende. Su forma de comunicarse es mediante pictogramas. En su colegio de A Coruña le prohibieron usar su tablet y los pictogramas en las paredes. "Es como ponerle un esparadrapo en la boca a un niño normal", explica Juan Diego, su padre. Una sentencia considera que la Consejería de Educación de la Xunta de Galicia fue negligente.

"Es la primera vez que se reconoce una negligencia educativa por delegación de ajustes razonables a un niño con diversidad funcional", explica Esther, su madre. Con los dibujos, los niños como Arturo entienden qué les va a pasar. Sus padres le han explicado con una serie de imágenes que laSexta iba a grabarle, para tranquilizarlo. Sin embargo, su profesora no quería pictogramas.

"Arturo tenía miedo porque no podía explicar lo que estaba pasando dentro del aula", lamenta Esther. La ansiedad del menor aumentó hasta tener un brote psicótico. Muchas instituciones están ya adaptadas a autistas. En el municipio de Oleiros, en A Coruña, todos los edificios públicos tienen pictogramas para que los niños puedan anticipar qué van a hacer.

En el Hospital de A Coruña les anuncian de esta manera las pruebas neurológicas "para obtener su máxima colaboración y que ellos estén tranquilos y confortables", precisa Katia Martínez, jefa del Departamento de Neurofisiología del Hospital de A Coruña. Navarra, los pictogramas han llegado incluso a los parques.