La desesperación vuelve a las aguas del Mediterráneo. 60 personas han sido rescatadas por el buque Open Arms y nadie les ofrece llegar a puerto seguro. Es una situación de completa frustración.

"Hoy no murieron 60 personas. No son negras, ni blancas, ni turistas, ni migrantes, son náufragos, vidas en peligro de muerte. Tenemos una obligación: proteger su vida", tuiteaba Oscar Camps.

La satisfacción de los rescatados al descubrir que los ayudantes eran de una ONG española se convertía en incertidumbre y desasosiego al descubrir que Malta e Italia les cerraban las puertas.

"La nave Open Arms, de una ONG con bandera española, se ha abalanzado sobre una patera antes de que interviniera un barco libio. Que se olviden de llegar a un puerto italiano", aseguraba Salvini en un polémico tuit.

La única esperanza para Proactiva volvía a situarse en España. La ONG ha pedido al Gobierno español que les dejen llegar a nuestras costas. El buque tendría el combustible suficiente para realizar el viaje hasta aquí.

A la espera de la respuesta del Gobierno, Barcelona ya se ha posicionado y les ofrece sus puertos para acogerles de una forma segura.

Si España acepta la acogida del Open Arms sería el segundo barco desde la llegada del Aquarius a las costas españolas.