La ley india establece que pasadas las 20 semanas de gestación la mujer no puede someterse a un aborto a no ser que el feto tenga alguna anomalía. En mayo de 2017, un tribunal indio permitió abortar en la vigésima semana de embarazo a una niña de 10 años, que había sido presuntamente violada por su padrastro.

Los jueces del Supremo a cargo del caso finalizado han pedido al fiscal general de la India, Ranjit Kumar, que estudie la creación de consejos médicos dedicados exclusivamente a tomar decisiones de forma rápida sobre peticiones de aborto, de acuerdo con PTI.

Los menores son a menudo víctimas de los casos de violación en India, en cuya capital, Nueva Delhi, se registraron en 2015 2.095 denuncias, un récord que supone casi seis asaltos sexuales diarios.

Organizaciones de derechos humanos advierten de que las cifras son mucho mayores, ya que gran parte de las víctimas deciden no denunciar por miedo al estigma social y a las represalias de familiares e incluso la propia Policía.