"Desde los 18 años me llamo Ángela, pero siempre fui mujer", así cuenta su experiencia la primera mujer transexual aspirante a Miss España, aunque si camino fue doloroso. "El hecho de tener que ver y convencer a un psicólogo de que tú eres Ángela, ya es difícil", explica Ángela Ponce.

Al ver el autobús de Hazte Oír dice que siente pena por el odio que cree que fomenta: "Yo creo que se fomenta el rechazo y no hay más que leer el 'que no te engañen'. No, perdona, yo no pretendo engañar a nadie. Yo solo pretendo ser feliz y ser libre".

David, por su parte, es el segundo menor transexual de España y pese a que solo tiene 17 años, también ha tenido que sufrir. Al ver el autobús de Hazte Oír también lo tiene claro: "Si tu vieran un hijo transexual, está claro que no lo harían".

"Me pusieron Francisco pero seguiré siendo Mar hasta que me muera", cuenta Mar, que anima a los jóvenes transexuales a seguir sus pasos, pese a la intolerancia porque "una vez que lo haces es un alivio".

Hugo es otro ejemplo, a quién "desde hace año y medio ven como soy". Es un estudiante de ingeniería industrial de 21 años. Su tránsito fue un paso esperado, porque desde pequeño lo sentía. "A los 3-4 años pedí a los reyes un pene", cuenta.

Ahora les pediría normalidad para los niños que quieren dar el paso que dio él: "Los mensajes no ayudan a que los niños transexuales sean felices".

"Nací con vulva, pero ni era ni soy una mujer", cuenta Xabi, que se pregunta con ironía quién es quien trata de engañar a quién. "Lo que sientes es que están tratando de meterte en la cabeza alguien que no eres, negarte tu identidad que es lo más profundo que una persona puede tener", dice Xabi, que pide que el cambio empiece en las clases sobre biología de los colegios pidiendo que se eduque en la diversidad y no en el rechazo.