Los pasajeros denunciados reconocen que en ningún caso se trato de un motín, qu entre ellos no se conocían, todo el mundo se puso en pie cuando oyeron gritar al chico senegalés que iba a ser devuelto a su país.

Dicen que el hombre gritaba que estaba enfermo y que la tripulación lo ignoró y que a partir de ahí se generó un debate entre los pasajeros. Muchos de ellos aseguran que no estaban dispuestos a volar durante cinco horas con una persona gritando y con problemas de salud.

También descartan que sean activistas y dicen que fue una reacción espontánea y que se les ha escogido a dedo cuando había muchas otras personas en la misma situación. Por eso reclaman información a Vueling y la compañía estudia ahora que medidas o sanciones va a tomar.

"Empezamos a escuchar unos gritos que venían de atrás. La gente al escucharlos se giró para ver lo que pasaba, se levantó. Nadie nos dio ninguna explicación y esos gritos seguían", declara una de las testigos.

"Lo único que estaba ocurriendo era personas debatiendo y preguntando lo que pasaba. En ningún momento hubo un motín ni nada que se le parezca, como han dicho en algunos medios", añade otro de los pasajeros.