"De mi nuera fueron encontrados solamente restos. No hubo órganos. Se lo dejo a que ustedes lo piensen, ¿por qué no pidieron rescate? Porque vale más una persona en órganos que en vida, y ustedes y nosotros lo sabemos", ha agregado González, madre de Jorge Fernández, esposo de la española en prisión preventiva acusado del crimen.

Los padres de Fernández y la madre de Garrido, Rosa María Santamans, han dado una rueda de prensa desde la casa de la pareja en la que han exigido una vez más una investigación completa del crimen y han defendido la inocencia del marido de la española.

"Ha habido un gran apuro por parte de la Procuraduría (fiscalía estatal) para encontrar culpables por la presión del Gobierno español (...) Hubo una presión muy fuerte", ha dicho Jorge Fernández Villarreal, suegro de Garrido.

La madre de Pilar Garrido ha asegurado "confiar" en Jorge, y ha destacado que lo conocía muy bien, pues la pareja vivió en su casa durante tres años en Valencia y ella había visitado a su hija varias veces en México, la última vez durante dos meses en abril y mayo de este año.

Ha desmentido también maltrato de Fernández hacia su hija. "Me enfadé mucho con la prensa cuando decían que Pilar era una mujer maltratada. Nunca se hubiera dejado amedrentar por nadie, e incluso teníamos una palabra clave y la hubiera dicho en cualquier momento para que yo hubiera venido o hubiera hecho lo posible por ella", ha explicado.

La desaparición y muerte de la valenciana Pilar Garrido dio un vuelco de 180 grados cuando la fiscalía de Tamaulipas, uno de los estados más peligroso de México, acusó a su marido de golpear y estrangular a su mujer, dejando el cadáver al lado de una carretera cuando volvían de pasar unos días en la playa. Fernández siempre ha sostenido que ambos regresaban el 2 de julio en coche cuando un vehículo con dos hombres los interceptó para intentar robarles el automóvil pero acabaron llevándose a su mujer, de 34 años.

El 26 de julio se encontraron restos óseos en un paraje cercano al lugar de los hechos en la carretera entre Ciudad Victoria, capital del nororiental estado de Tamaulipas, y el balneario de la Pesca, y las pruebas de ADN demostraron semanas después que eran los de Garrido.

Los suegros de Pilar Garrido han denunciado que los presuntos asesinos de la española todavía andan sueltos, y han recordado que su esposo incluso ofreció un retrato robot, que se difundió a los medios, de uno de los presuntos culpables.