Fue la fuga del siglo. De Alcatraz se suponía que nadie podía escapar. Era una prisión inexpugnable al norte de San Francisco, rodeada por las frías aguas del Pacífico. Pero la noche del 11 de junio de 1962 tres presos lograron huir.

Tras una búsqueda estéril, se les dio por muertos. La huida se convirtió, entonces, en uno de los mayores misterios de Estados Unidos.

Ahora, casi sesenta años después, esta carta podría reescribir un final de cine: "Mi nombre es John Anglin. Escapé de Alcatraz en junio de 1962 con mi hermano Clarence y Frank Morris. Tengo 83 años y mi salud no es buena. Tengo cáncer. Sí, todos logramos salir con vida esa noche, ¡Pero por poco!".

Es la confesión escrita supuestamente por uno de los tres huidos. Según ella, aquel junio del 62 todos sobrevivieron, pero los expertos dudan de esta versión.

"La carta no presentaba ningún resto ni de ADN ni ninguna huella dactilar de John Anglin", axplica Ángel Montero Lama, escritor de 'Alcatraz la pisión perfecta'.

La carta de John Anglin llegó a manos de la policía federal en 2013, pero la misiva no ha podido aportar pruebas concluyentes 55 años después de su fuga.

"A lo largo de estos 55 años ha habido pistas mucho más serias que estas", añade Montero Lama. Desde que se inauguró en 1939 hasta 1963, año en que cerró la prisión, hubo 14 intentos de fuga. 13 fracasaron. Si ellos sobrevivieron continúa siendo un misterio.