Dos años de angustia que terminan con el abrazo entre la madre de Marina y de Laura tras conocer la condena del asesino de sus hijas.

En total 48 años. Una condena que Sergio Morate escuchó sin inmutarse a través de una videoconferencia desde la prisión de Estremera.

El juez recalcó la perversidad del doble crimen. "Se trata de acciones brutales, perversas, incluso enterró los cadaveres", afirmó el magistrado.

El relato del auto es estremecedor: "Propinó a Marina de forma inesperada un fuerte golpe, quedando inconsciente y sin posibilidad de defenderse. Colocando una brida en el cuello y apretando hasta acabar con su vida".

Consideran que Morate empezó a gestar el asesinato de Marina cuando ésta le dejó. Y que a Laura la mató para no dejar testigos.

Las pruebas son determinantes: el ADN encontrado en el lugar donde enterró los cadáveres, la confesión que hizo a varias personas y su huida a Rumanía, tras los asesinatos, sin avisar a nadie.