Al recibir una multa de 90.000 euros del Ayuntamiento de Barcelona fue cuando Martín se enteró que su inquilina estaba realquilando su piso.

La sanción le llegó tras una inspección del consistorio que comprobó que su vivienda no tenía licencia de piso turístico. Él se puso a investigar y no tardó mucho en encontrar en Airbnb el anuncio de su apartamento.

Es otro caso como el de Montse. Que también descubrió que su inquilino lo subarrendaba en Airbnb por más de 200 euros la noche. Dice que no es la única a la que se lo ha hecho.

La plataforma Airbnb ya ha pedido perdón a Montse y asegura que está investigando el caso. Los expertos consideran que, aunque la plataforma sea un único intermediario, deberían asegurarse de que los usuarios son los verdaderos propietarios.

El Ayuntamiento de Barcelona insisten en que las inspecciones a los pisos turísticos van a continuar.