Se estima que 214 millones de mujeres de países desarrollados no quieren quedarse embarazadas, pero no usan métodos anticonceptivos científicamente probados sino que recurren a métodos populares que, sin embargo, ponen en riesgo su estado físico y de salud.

Algunos de estos métodos, según ha informado la UNFPA consiste en usar por vía vaginal desinfectante, vinagre o zumo de limón, creyendo que así se puede evitar la gestación, si bien lo que puede causar son quemaduras, irritación y otros daños mayores.

El organismo declara que "Algunas personas usan hierbas, como el jengibre, que son inútiles para prevenir el embarazo. Otras hierbas, como la ruda y el neem, se han utilizado desde la antigüedad, pero los expertos advierten que no existen dosis conocidas para hacerlas seguras o efectivas".

Asimismo, en algunos países se usa la envoltura rígida de plástico de un congelador en sustitución de los preservativos, que pueden provocar laceraciones genitales y fuertes dolores.

"Cuando mi esposa dio a luz a otro bebé un año después de la primera, pensé que no deberíamos tener un tercer bebé el próximo año", ha dicho un anciano en el oeste de Nepal al UNFPA. Siguiendo el consejo de un practicante de medicina tradicional, su esposa bebió cúrcuma para evitar quedar embarazada. Él y su esposa terminaron teniendo nueve hijos, de los cuales ocho sobrevivieron.

En este sentido, la UNFPA ha avisado de que la desinformación generalizada sobre los temas de planificación familiar está evitando que muchas personas utilicen métodos anticonceptivos modernos y, por ende, acudan a prácticas inseguras.

"Actualmente existe un déficit masivo de fondos para los programas internacionales de planificación familiar. Los expertos en salud, los defensores y los responsables de la formulación de políticas en todas partes deben tomar medidas para garantizar que todas las personas tengan la información y los servicios de salud necesarios para hacer realidad su derecho a una planificación familiar segura, eficaz y voluntaria".