De la peor de las formas acabó el Miércoles Santo la cofradía del Caminito de Cádiz. Los cofrades se encontraron la cerradura del templo saboteada: con una llave rota en el interior y llena de silicona así que tuvieron que llamar a un cerrajero. Un acto vandálico que retrasó la entrada del paso a la capilla una hora y media.
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