'Roxxxy' es un robot que ha sido programada para simular una violación. Para ello, solo es necesario pulsar un botón. Además, según precisan sus creadores, se puede cambiar el estado de ánimo de la muñeca modificando su configuración. De esta manera, "el dueño es capaz de mantener distintas experiencias sexuales".

La comercialización de este producto, propiedad de la compañía 'TrueCompany', ha desatado una ola de indignación tanto en redes sociales como en medios de comunicación, que acusan a la empresa de falta de sensibilidad y valores éticos.

Los mismos, junto a numerosas ONG y asociaciones, han condenado el lanzamiento al mercado de dicha muñeca al entender que un problema tan vigente se convierta en un mecanismo de entretenimiento para los usuarios que adquieran esta muñeca.

"La violación no es un acto de pasión sexual. Es un crimen violento. No debemos animar a los violadores a que encuentren una salida supuestamente segura para ella", ha criticado Laura Bates, activista y fundadora de 'Everyday Sexim Project'.

De hecho, según el diario 'The Independent', un informe de la Fundación para la Robótica Responsable ha advertido de las consecuencias éticas que puede llegar a tener esta muñeca en el futuro sexual de aquellas personas que la compren.