Despoblación y refugiados, dos problemas con una solución común. "Podrían ser los refugiados gente que podría ayudar a la despoblación, la actitud del vallisoletano y de la provincia de Valladolid es positiva", comenta Martín Rodríguez, director del estudio 'Despoblación y acogida de refugiados'.

Para pueblos como Viloria, la llegada de nuevos niños es fundamental para mantener abierta la escuela, ellos ya han cedido su albergue. "Es una buena idea, porque así, vienen a paliar la despoblación que sufren los pueblos", afirma Fernando Antorán, alcalde de Vitoria.

En el pueblo Aldealbar, viven durante el año cinco personas, ninguna de ellas es un niño, es uno de los 120 municipios de Valladolid que no tiene menores entre sus habitantes, nadie juega en los columpios.

Los vecinos, dispuestos y preocupados a partes iguales. "No estaría mal pero el problema es que ¿de qué iban a vivir?", "Hay muchas casas que están vacías, el problema es que no puede venir nadie si no tiene trabajo", afirman dos vecinos.

El principal problema es que no encuentren trabajo y para eso hace falta inversión. "Naturalmente, esto necesita apoyo económico, de igual manera que se brinda apoyo económico para otras iniciativas", asegura José Carlos Fernández Sanchidrián.

"Las instituciones tienen que implicarse de verdad y dejar el discurso de que en Castilla y León hay mucha despoblación, pero no hacemos nada en realidad", comenta Amparo Moral, trabajadora social y miembro del grupo de estudio.

La Diputación reconoce estos problemas, pero no comparte la solución. "No puede obtenerse esa respuesta trayendo refugiados, porque el problema de la despoblación no es un problema de llegada, lo es de salida", explica Jesús Luis Camero, presidente de la diputación de Valladolid.

"Creemos que es factible empezar a trabajar en esas líneas para tratar de frenar y luchar contra la despoblación", afirma Salvador Arpa, diputado de Valladolid 'Toma la palabra'. Una lucha contrarreloj para evitar que sus pueblos desaparezcan para siempre.