Son muchos los pueblos que siguen en el punto de mira de los animalistas y protectoras de animales. El motivo, sus festejos o fiestas grandes centran en el maltrato animal su diversión.

Si bien es cierto que muchos ya han sido suprimidos, otros municipios siguen apostando por mantener estas tradiciones en su agenda cultural.

Carpio de Tajo, en Teruel, celebra todos los años su 'Carrera de gansos'. ¿En qué consiste? Los participantes, montados a caballo, deben conseguir arrancar la cabeza a gansos colgados boca abajo en el centro del pueblo. Cuando logran desmembrar al animal, portan la cabeza del animal en la mano como premio.

Por su parte, en El Puig, Valencia, celebran su particular 'tomatina', pero sus habitantes se lanzan ratas muertas. Tras apalear y congelar a los roedores para la celebración, los vecinos se lanzaban unos a otros los cadáveres. Sin embargo, esa 'tradición' fue prohibida, aunque el año pasado algunos decidieron obviarla.

En Ceutí, Murcia, este será el primer año que no celebran la 'Disfrutá' de marranos. Una pocilga gigante con cerdos engrasados y numerados es asaltada por equipos.

El objetivo es encontrar el cerdo que tiene el mismo número que el equipo y luchar contra el gorrino para sacarlo de ahí. El premio, si sacas al cerdo te lo llevas. Finalmente, tras una denuncia de los grupos animalistas, la Consejería de Agricultura prohibió el evento.