Miryan Blázquez es la madre que estaba amamantando a su bebé en una piscina pública de Santa Coloma de Gramanet, en Barcelona. Denuncia que le prohibieron dar el pecho dentro de la piscina: "La niña se puso a llorar, me senté en una plataforma de la piscina y me puse a darle el pecho".

Cuando estaba en ello, los socorristas empezaron a hacerle aspavientos, llamadas con el silbato y, cuando terminó, le dijeron "que no podía dar de mamar", señala Miryan. Le dijeron que dar el pecho en la piscina es "antihigiénico" porque el bebé puede vomitar luego la leche. Sin embargo, miró a su alrededor, vio a un grupo bebiendo cerveza y la teoría de la higiene no le convenció.

"No hay derecho a que te pongan la cara colorada como si fueras una delincuente, y al lado tener a seis borrachos bebiendo cerveza dentro de la piscina y no les pase nada", lamenta la mujer. Puso una hoja de reclamaciones, y después una queja en la oficina de información al consumidor de Santa Coloma de Gramanet.

La respuesta de los gestores de la piscina municipal de Can Zam fue que está prohibido comer en la piscina. Sin embargo, la Asociación Española de Pediatría lo avala. Dice que la madre debe hacer vida normal con el bebé, lo que incluye frecuentar lugares públicos como piscinas, y que es responsabilidad social que los bebés puedan lactar cuando lo necesiten con libertad.

Su caso se ha viralizado en las redes sociales, pero no son precisamente halagos lo que ha encontrado Myrian tras hacer público su problema: "Hay gente que me dice que es una marranada y que solo quiero enseñar las tetas". El próximo 26 de agosto, varias mujeres darán de mamar a sus hijos en la puerta de la piscina como muestra de apoyo.