Al piloto de la lancha que mató a un niño en Algeciras, la juez le atribuye un presunto delito de homicidio doloso, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que ha indicado que el detenido se ha acogido a su derecho constitucional a no declarar.

El hombre fue detenido en la tarde del pasado lunes cuando hizo maniobras temerarias en una zona de la playa de Getares de Algeciras. Según ha relatado la Policía, el piloto perdió el control y embistió a una embarcación de recreo en la que estaban el niño de 9 años, que falleció en el acto por el fuerte impacto, y su padre.

La zona en la que ambas embarcaciones se encontraban estaba balizada, por lo que ninguna de las dos debía estar en ella. Según ha informado el comisario de Algeciras, Luis Esteban, antes de provocar el accidente no hubo ninguna discusión entre el padre del niño y el piloto de la lancha, que sólo se saludaron.

El pasado martes fue puesto en libertad el hombre que acompañaba al piloto de la lancha semirrígida, ya que se ha comprobado que no tuvo ninguna participación activa en los hechos. Más bien al contrario, ya que, después de la colisión se hizo con la llave de la lancha para evitar que el piloto se diera a la fuga, como pretendía.

También han sido enviados a prisión sin fianza los ocho detenidos por agredir a varios Guardias Civiles durante una comunión en el Barrio del Rinconcillo. Según la Policía, habría otras cuatro personas identificadas, que, en las próximas horas, podrían ser detenidas.

Los cuerpos de seguridad consideran esta situación insostenible, como explica José Encinas, de la Asociación Unificada de Guardia Civil: "Muchos se están planteando abandonar la zona que, desafortunadamente, creo que es lo que va ocurrir".

De ahí que los sindicatos policiales sigan reclamando, al menos, 150 efectivos más en la zona porque "donde antes en un mismo servicio se podía cubrir con 3 ó 4 funcionarios de policía, hoy un solo policía tiene que cubrir varios puestos".

Puntos especialmente complicados para ellos son Algeciras, San Roque o La Línea de la Concepción donde, a plena luz del día, continúan llegando las embarcaciones cargadas de droga. Unos 2.000 agentes conviven con las amenazas prácticamente a diario "en uno de los peores sitios donde un agente de la autoridad puede estar destinado hoy por hoy en España".