Ni siquiera el teléfono de la propia Diana pudo aportar pistas sobre lo que ocurrió la madrugada que desapareció la joven en A Pobra do Caramiñal. Diana Quer desapareció al despedirse de sus amigos en las fiestas del este pueblo coruñés: se fue caminando sola y fue vista por última vez a la altura de una pizzería a un kilómetro de su domicilio.

En ese momento escribió a un amigo y le dijo que alguien la perseguía y que tenía miedo. También envió su último mensaje de voz a una amiga. A partir de ahí, según la señal de su móvil, en menos de 14 minutos recorrió 17 kilómetros pero su rastro desapareció al atravesar el puente de Taragoña.

Los agentes determinaron inmediatamente que Diana no pudo hacer ese trayecto andando y centraron la investigación en si se subió o no voluntariamente a algún vehículo, quién lo conducía y por qué se perdió la señal del teléfono de la joven.

El móvil se antojaba como la pista clave del caso. Apareció dos meses después de la desaparición de Diana, cuando una mariscadora lo encontró en la ría, bajo el citado puente de Taragoña.

Tardaron ocho meses en desbloquear el aparato y extraer la información, pero los datos fueron decepcionantes: no había ni archivos, ni fotografías, ni conversaciones. Nada concluyente.

En todos estos meses, la Policía ha interrogado a más de 400 personas entre feriantes, familiares y vecinos de la zona, entre los que figura 'El Chicle', el hombre detenido junto a su mujer como principal sospechoso de la detención de Diana. Llama la atención que fuera uno de los primeros interrogados en relación al caso, aunque en aquel momento, los agentes no pudieron vincularlo con la desaparición de la joven y no pudo ser detenido.