El acusado tenía un puesto ambulante de tatuajes instalado en la calle durante las fiestas de la Peregrina de Pontevedra y ha negado que hubiera tocado a la mejor que acudió a su puesto para hacerse un tatuaje en el brazo.

Elison Daniel C.C. es vecino de Pontevedra y en su declaración ha explicado que en la noche del suceso se acercaron un grupo de cuatro menores que aparentaban entre 14 y 15 años. Una de ellas se sentó en un banco de cemento y él al lado para tatuarla, pero niega que se propasase.

Además ha afirmado que él se limitó a agarrarla y tocarle la espalda. "No paraba de reírse y la tuve que agarrar para que no se moviera porque si no el 'tatoo' salía mal", ha manifestado el acusado.

En un momento dado, la chica se levantó y le acusó de tocarle el culo, pero él se limitó a "seguir trabajando simplemente". Poco después, cuando los padres de la menor alertaron al guardia de seguridad y se le acercó, Elison echó a correr "por no darle un disgusto" a su madre, que tenía un puesto justo al lado y no quería que le viese detenido.

Por su parte, la chica, que tiene 14 años, confirmó que había acudido con sus amigas para hacerse un tatuaje con letras chinas por una apuesta. Una vez allí, ha señalado que él le hizo preguntas personales, empezó a acercársele y le ofreció varias veces bajar a los aseos del aparcamiento subterráneo. "Todo el rato se acercaba a mí y me intentaba besar", ha asegurado para señalar que, en un momento dado, le tocó las nalgas, ante lo que se levantó.

Él, en respuesta, asegura que le dijo: "qué pasa, es un culo, puedes tocar el mío". La chica se fue con sus amigas, se encontró con sus padres y denunció primero ante el guardia de seguridad y después ante la Policía.

Tanto el vigilante de seguridad como sus amigas confirmaron su versión ante el tribunal, al asegurar estas últimas que "ella estaba sentada y él le metió la mano por debajo". El fiscal considera que en el juicio ha quedado "acreditada la realidad" del tocamiento con "intención libidinosa", pero la abogada defensora de Elison Daniel ha defendido su inocencia, por lo que reclama su libre absolución.

Además, ha denunciado la existencia de múltiples contradicciones en los testimonios de la menor y sus amigas.