Según ha explicado la Comisaría Provincial, la intervención se inició tras recibir la llamada de varios vecinos que habían descubierto la presencia de grandes restos de sangre en el exterior de una vivienda y que se habían escuchado gritos procedentes de interior.

Así, hasta el lugar se desplazó un indicativo de la Policía Nacional, cuyos agentes comprobaron la existencia de grandes manchas de sangre en el exterior de la vivienda. Tras varios intentos para contactar con los inquilinos, al no contestar nadie se procedió a activar el Protocolo de Delitos Violentos.

Tras realizar diversas gestiones, contactaron con el inquilino de la vivienda, que había sido atendido por lesiones de gravedad en el Hospital Punta de Europa. Esta persona acudió de nuevo a su domicilio, junto con un amigo, presentando ambos lesiones de gravedad en brazos y manos, con desgarros profundos y roturas de ligamentos, manifestando que las lesiones se las había producido un mastín de los pirineos, de gran tamaño y unos 50 kilos de peso, que se encontraba totalmente fuera de control.

Los agentes de la Unidad de Delitos Especializados y Violentos entraron en la vivienda y comprobaron la veracidad de los hechos, estando el perro encerrado en el interior de una habitación. Así, con al ayuda de un miembro de una protectora de animales, inmovilizaron al perro, que se encontraba en gran estado de agitación, sacándolo al exterior para que la protectora de animales se hiciera cargo del animal.