Las polémicas capturas de un chat de Whatsapp, en el que varias madres se alegraban de la decisión del centro -en el que estudian sus hijos- de desplazar a un niño con Asperger, ha recibido la respuesta de la madre del menor.

"Al niño le gusta tener amigos, él lo intenta, más allá de que a veces no entienda los juegos de sus amigos", explica Paola, la madre del niño desplazado. La madre se deshace en halagos hacia el centro religioso privado en el que estudia su hijo: "Yo me saco el sombrero con como ha manejado el colegio, estaban desbordados por la presión de los padres".

A pesar de los esfuerzos del centro San Antonio de Padua, en Buenos Aires, por integrar al hijo de Paola, los padres del resto de los alumnos presionaron al centro hasta conseguir lo que buscaban, que el niño no compartiese clase con sus hijos.

Paola relata cómo comenzaron las presiones de los otros progenitores: "Fue en julio. De los 35 niños fueron solo 11 a clase ese día. Yo lo mandé como todos los días. Él me dijo que habían ido muy poquitos niños, y yo pensé que era por la lluvia. Fui una ingenua. Otra madre me contó después qué había pasado. Así pedían los papás que sacaran a mi hijo".

El centro, sin embargo, ha cedido parcialmente a las presiones. El hijo de Paola podrá seguir asistiendo a clases en el centro, pero se repartirá su jornada entre varias clases para no perder el contacto con sus amigos. "Yo me puse en el lugar de estas madres, pero ellas no se pusieron en nuestro lugar", dice Paola.

Otra de las madres de los alumnos

Una de las madres del grupo de Whatsapp, Cristina Peduzzi, ha querido salir al paso de la polémica, y ha asegurado que "nunca discriminaron al niño", al mismo tiempo que ha criticado que las imágenes filtradas a los medios son un "recorte de la realidad".

Peduzzi ha contado que el hijo de Paola tenía episodios violentos, el menor agredía a compañeros y maestras con golpes y lanzándoles objetos. "Nuestros chicos pedían que se hiciese algo", reconoció la madre a Todo Noticias.

La mujer cree que el centro no hizo lo suficiente por el menor: "cuando se integró al colegio no tenía acompañante terapéutico", y explica que por ello pidieron al colegio que tomase cartas en el asunto y diese algún tipo de salida a aquella situación.

"Me hago cargo de lo que dije: 'Es un alivio para nuestros hijos'", se ha sincerado Peduzzi, que recibió así la noticia de que el menor sería apartado del resto de la clase.