En la capilla de la
Funeraria San José de Burgos, abarrotada, la víctima ha recibido el último
adiós entre lágrimas, sollozos e indignación, que ha estallado cuando su padre
ha tomado la palabra una vez que ha terminado el funeral, resaltando que su
hija era una chica "muy dulce y buena, que no ha muerto, ha sido
asesinada".
"Los políticos
deben actuar cuanto antes" porque "mi hija había interpuesto tres
denuncias contra este monstruo", ha manifestado el progenitor, al tiempo
que ha pedido a los jueces que "tomen decisiones con sentido común, si no
terminaremos tomándonos la justicia por nuestra cuenta", ha concluido,
mientras los asistentes apoyaban sus palabras con un aplauso.
La mujer falleció sobre
las 21.00 horas el pasado domingo en el Hospital Universitario de Burgos,
después de que la madrugada anterior recibiera en la calle una brutal paliza
supuestamente a manos de su expareja, un hombre de 36 años de origen colombiano
sobre el que pesaba una orden de alejamiento. El supuesto autor permanece
detenido, a la espera de pasar a disposición judicial.