Tras once años de
trabajos, la OMS ha decidido que la transexualidad, que es un desorden de la
identidad de género, salga del apartado de enfermedades mentales -algo que
llevaban años reclamando las asociaciones LGTBI-, y entre en el de los
comportamientos sexuales.
Se mantiene de esta
forma dentro de la clasificación para que cuando una persona busque ayuda
médica la obtenga ya que en muchos países, si la diagnosis no está incluida en
la lista, el sistema sanitario público o privado no reembolsa el tratamiento.
"Queremos que las
personas que padecen estas condiciones puedan obtener la ayuda sanitaria cuando
la necesiten", explicó en rueda de prensa el director del departamento de
Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena.
Pero deja de ser
considerada una enfermedad mental "porque no hay evidencias de que una
persona con un desorden de identidad de género deba tener automáticamente al
mismo tiempo un desorden mental, aunque suceda muy a menudo que vaya acompañado
de ansiedad o depresión".
Además, "si a las
personas con un desorden de identidad de género se las identifica
automáticamente como alguien con un desorden mental, en muchos países se les
estigmatiza y puede que se les reduzca las oportunidades de buscar ayuda".