Vanesa tuvo que esperar más de dos años para ser operada de una discopatía lumbar severa. Esta operación exigía una espera máxima de un mes. Sin embargo, recibió un comunicado en el que le advertían de que "se ha multiplicado por 14 el tiempo máximo de espera". Sin respuestas en la sanidad pública, pagó consultas en la privada hasta que fue ingresada de urgencia. Entonces sí la operaron.

"Imagínate el punto de gravedad en el que estaba. Allí ya entré directamente en quirófano", relata Vanesa a laSexta. Asociaciones de Pacientes denuncian largas listas de espera y privatización progresiva de la sanidad gallega. Ella misma ha tenido que ver cómo posponían otra intervención a su padre, con cáncer, por enfermar en verano.

"Nos encontramos quirófanos cerrados, médicos de vacaciones. O se operaba o se moría; pero teníamos que esperar a septiembre", asegura Vanesa. También los profesionales protestan contra la nueva Ley de Salud gallega, que ha entrado en vigor hace un mes. Xosé María es médico en atención primaria. En su centro de salud trabajan 5 doctores y un pediatra. Si uno está de baja o se coge vacaciones, no es sustituido, y sus compañeros asumen más y más pacientes.

"Vas a tener 10-12 pacientes que van a venir sin cita, y tendrás otros 10-12 pacientes sin atender que van a tener que ir a Urgencias", lamenta Xosé María. La Xunta niega que exista una privatización y los recortes y defiende su gestión. "Los ciudadanos pueden estar orgullosos de la sanidad gallega", ha afirmado Antonio Fernández-Campa, gerente del Servicio Gallego de Salud. Los manifestantes piden que no se desmantele la sanidad pública gallega.