Una mujer que compartía vuelo con padre e hija creyó que el hombre estaba raptando a la pequeña, de tres años, con la que viajaba desde México, al no parecerse físicamente a él.

El motivo del viaje se debía a que el padre de la niña es de nacionalidad mexicana, mientras que su madre es irlandesa. Él viajaba con su hija a visitar a la familia de México, a la que ven una vez al año.

Fue cuando el avión aterrizó en Nueva York que la autoridad portuaria retuvo a los dos, mandados por la tripulación del avión. Tanto el padre como su hija fueron sometidos a un interrogatorio antes de poder marcharse.

Maur Furfey, la madre de la menor, ha explicado a The Huffington Post que la experiencia "fue denigrante para su marido y traumática para su hija". Según cuenta, la pequeña no paraba de llorar ante las acusaciones de los policías a su padre.

"Nunca pensamos que los asistentes de vuelo en una aerolínea importante -United Airlines- escogerían tomar tal observación en serio", cuenta Maura Furfey

Tanto fue así que la madre tuvo que verse obligada a ratificar por teléfono que ambos se trataban de su marido y su hija, y no de ningún tipo de secuestro.

Inmediatamente United Airlines recibió una queja en el servicio al cliente por hacerse eco de una "denuncia racista", a lo que respondieron con sus disculpas y un vale de 100 euros para su próximo viaje.