Fue en el patio de un colegio de Sevilla donde un niño, de sólo siete años, recibió una paliza de tres compañeros de ocho, nueve y diez años. Patadas y puñetazos en la cabeza, el abdomen y la boca. La madre del menor asegura que esa tarde, cuando recogió a su hijo del centro, le habían lavado la camiseta para limpiar los restos de sangre.

Los padres además, dicen, que el colegio sabía que su hijo sufría acoso desde hacía dos años y que ellos mismos les habían informado hasta en 20 ocasiones. Esta vez sí han denunciado los hechos a la Policía que ha identificado a los agresores y ahora la investigación está en manos de la Fiscalía de Menores.

Hace apenas un mes, el foco estaba en otro caso de violencia escolar en un colegio de Palma. Dos visitas al hospital y 24 horas ingresada, con sólo ocho años, tras recibir una paliza por parte de 12 estudiantes. La familia aseguró que se trataba de un caso de bullying, pero la consellería de Educación concluyó que se trataba de un "forcejeo".

La Fiscalía de menores además calificó las lesiones de leves: "Se normalizan comportamientos que no son adecuados ya sea que se vean en casa o que se esté viendo en un videojuego y el niño que no tiene desarrollada la parte superior del cerebro para decidir de manera eficaz lo realiza como si fuera un juego" explica María Eugenia Rigueiro, directora de MR Psicólogos. Según ANAR, los casos de bullying se han disparado un 75% en un año ya hay más de 100.000 acosadores y más 193.000 víctimas en las aulas.